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EN DEFENSA DEL ESTADO LIBERAL COMO VIRTUD DE OCCIDENTE FRENTE A LA DECADENCIA DEL ESTADO SOCIALISTA.

Libertaire Limeño -Republicano Liberal

Publicado: 2017-12-05

Una de las cosas que siempre he rechazado es que no se sepa diferenciar el Estado socialista/intervencionista, del Estado originario liberal.

El primero es una versión posterior y arbitraria frente al Estado original liberal. De hecho, si bien los inicios del Estado fueron de carácter irracional e impositivo (la República Romana, Imperios y Monarquías, y en el Renacimiento, La República de Florencia con Cosme de Medici (1434), este último como origen del Estado moderno), bajo un cierto sentido hegemónico, esto cambió en tiempos de pre-Ilustración e Ilustración.

Y aquí destaco tres fenómenos que dieron forma al Estado liberal como lo conocemos, que se ha ido perfeccionando a través del tiempo hasta nuestros días, y del mismo que gozamos hasta hoy:

1. Revolución Incruenta (1688): El Estado Monárquico, que era unilateral en decisiones reinantes, es limitado mediante la Carta de Derechos (1689) que proclama los límites hacia el rey (ejecutivo), la libertad política (parlamentarismo), los derechos individuales (la tolerancia y libertad religiosa, la libertad de expresión, la libertad limitada de sufragio) y la relación Estado-sociedad mediante el gobierno. El éxito de los protestantes a través de Guillermo de Orange hizo que el Estado se configure como un ente constitucional, dando la estocada final a la tradición del derecho divino del rey a gobernar.

2. La Independencia de los Estados Unidos de América (1776): el Estado de Derecho americano, mediante la proclamación de Independencia (1776) y la aprobación del Bill of Rights (1691) da inicio a un Estado Republicano Federal de corte constitucional. Antes de ello América del Norte constaba de colonias británicas subordinadas a los mandatos imperativos del Estado inglés. Desde la revolución de las trece colonias en 1775, se convoca al Congreso Continental para la promulgación del acta de independencia que formaría la nueva nación republicana, configurada como un Estado Republicano con Gobierno democrático (democracia adoptada en base a la democracia ateniense, la democracia de Montesquieu en el Espíritu de las Leyes, y las costumbres democráticas de los colonos americanos, en concomitancia al espíritu del Estado liberal de John Locke con la división de poderes y en concomitancia con el espíritu de la Ilustración por aquel entonces).

El Bill of Rights americano (1791) a través de sus primigenias 10 enmiendas, define los derechos del ciudadano o derechos de la nación (libertad de credos, de expresión, reunión, derecho al porte de armas, debido proceso, negación a la autoincriminación, derecho a un juicio ante un jurado, derecho a una orden de registro y a la privacidad, etc). De esta manera se pone fin al poder arbitrario externo y se alcanza la libertad general.

3. La Revolución Francesa (1789-1799) y el advenimiento de la universalidad de derechos: si bien la Revolución Francesa es un episodio polémico que tuvo varios matices positivos y negativos, que en el caso negativo desencadenaron la tiranía colectiva, la Revolución Francesa consta de un espíritu monárquico constitucional en primera instancia (Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, 1789), limitando el poder del rey Luis XVI, y un espíritu republicano posterior (Convención girondina de 1972) que sienta las bases del espíritu republicano de la actual V República Francesa. La Revolución Francesa nos trae consigo la vindicación de derechos civiles (código civil) y los fundamentos de la universalidad de los derechos del hombre. Por supuesto, las expectativas de esta revolución se sobredimensionaron, con consecuencias de fracaso parcial.

En estas tres etapas, pero en especial en las dos primeras (Monarquía Constitucional inglesa y República Constitucional y Democracia americana, ambos defensores de derechos individuales incluido el derecho irrestricto a la propiedad privada mediante un sistema jurídico soberano) es donde entendemos el origen del éxito de nuestras naciones, en especial, de las naciones anglosajonas que hoy en día son líderes en el respeto de derechos individuales y formas razonables de limitación al poder político (Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido). El capitalismo no pudo ser lo que es hoy sin la consagración del Estado liberal.

Cuando oigo a ciertas facciones de libertarians en la actualidad, especialmente los rallistas, libertarians o paleolibertarians iberoamericanos, espuriar el Estado, sosteniendo que "el Estado es la raíz de nuestros males, el Estado es el problema", sin diferenciar el Estado liberal del Estado socialista me parece sin duda alguna un acto vil de traición hacia el sentido de civilización y de libertad de la nación.

Y esto por el hecho que el libertarian (salvo auténticos libertarians republicanos de Estados Unidos como Randy Barnett o Richard Epstein que buscan limitar el poder y reivindicar principios constitucionales originarios) omite la historia política, enfrascándose y compartimentándose en el economicismo más detestable y sesgado.

¡Es el Estado socialista el que se combate, no el Estado liberal!

Es el Estado socialista el que viene con la Revolución Francesa mediante la Convención jabobina (1973), de los sansculottes, Danton y Robespierre, que socializaba la economía y redistribuía la riqueza de la nación para alcanzar esa "igualdad" que los socialistas de hoy defienden (democracia social), mientras que a todo opositor de la revolución se le condenaba a la guillotina, incluidos los girondinos republicanos de honorables intenciones.

Es el Estado socialista el que se representa en la Monarquía prusiana de Otto von Bismarck (1883), mediante la asignación general de servicios de salud y educación, asistencia social y protección laboral, protección especial a niños y ancianos, con el centralismo estatal, autoritario, anti-democrático y militarista del bismarckismo (socialismo bismarckista). Bismarck llamó a este socialismo "cristianismo práctico", con el fin de concretar los planes altruista-colectivistas del cristianismo socialista de aquel entonces. Es con Bismarck que nace el Estado Social o Socialismo de Estado, y con él, el Estado Social de Derecho que cargamos actualmente.

Es el Estado socialista el que proviene de la Rusia Soviética y todos los países comunistas que inundaron el globo en todo el siglo XX, ese socialismo de nomenklaturas y apparatchiks, de parásitos y criminales, que universaliza los derechos sociales y el Estado del Bienestar, que estataliza la propiedad privada y la vida privada de los hombres, ese mismo que logra la corrupción política para alcanzar el Poder Único con división de funciones (contrario a la democracia formal o liberal que es el principio divisorio con autonomía y separación de poderes que se controlan y equilibran entre sí). Es ese el Estado totalitario, el Estado masivamente criminal que dejó cien millones de muertos en su historia. Y en el caso del Estado Nazi y fascista, logran ser los mismos parámetros del Estado omnipotente.

Incluso hoy, es el Estado socialista el que ha defendido el progresismo moderno, desde inicios del siglo XX hasta el llamado "socialismo del siglo XXI", ese que se impone mediante la colectivización de la vida privada, la vida económica y social de la nación, con falsos maniqueísmos de igualdad (nunca igualdad jurídica sino igualdad de naturaleza forzada mediante la jurídica).

Ningún liberal debe hoy defender ideas anarquistas, porque ellos son los traidores de la libertad, destructores de lo civilizado. Ningún liberal debe confundir el sentir republicano del Estado, aquel que es necesario para el buen respaldo de las libertades de los hombres. Ningún liberal debe hoy defender causas infames como las que, el progresismo socialista o igualitario quiere llevar a cabo ¡debe denunciarlas y apartarse de tales causas!

Ningún liberal debe confundir finalmente el sentir del Estado liberal (el de la República y la Democracia auténtica, el de la Constitución que limita el poder y castiga los excesos del poder y defiende al hombre del Estado, el defensor a ultranza de la propiedad y el libre propósito privado social y económico de la nación) con la abominación del Estado socialista. Inclusive, ningún liberal debe permitir el aumento de las llamadas "economías mixtas", sino debe buscar que el Estado este limitado a sus funciones democráticas, institucionales y jurídicas, respetando la libertad de la función económica, el orden económico y los propósitos civiles de la nación.

La confusión únicamente permite la inmoralidad, la deshonra, la injusticia, la indecencia y la falta de virtud racional. El hombre que no toma acción en la defensa del Estado liberal, mediante la acción patriótica de tales instituciones, está condenando a su sociedad y se condena a sí mismo.


Escrito por

Libertaire Limeño

Liberal Republicano, pro-capitalista y seguidor de la filosofía objetivista. Anti-marxista. Solo hay una vía: libertad.


Publicado en

Casa de Naipes

Ensayos y críticas sobre economía, política, filosofía, música, cine, espectáculos entre otros temas. Me reservo el derecho a réplica.