El control y la censura de la televisión como un capricho de masas que trasgreden el derecho del hombre.
Ensayos impopulares políticos
Los que promovieron la marcha contra la "TV basura" el día veintisiete de febrero al final demostraron que la podredumbre venían desde aquellos que impulsaban la marcha y no desde la TV, dando como resultado desmanes y destrucción de propiedad privada en las puertas de los canales. El hombre que no tiene respeto por la propiedad privada que es uno de los derechos fundamentales del hombre, no se le puede considerar ni racional ni moral: busca por todos los medios de la fuerza atacar la integridad de otros así como los bienes producto de la productividad del mismo hombre. Estos individuos no pueden definir objetivamente qué es moral y que no, están desprovistos de ello y se mueven por ademanes populistas, son en esencia individuos que poseen doble moralidad donde el mundo de las contradicciones es algo normal para ellos en todos los niveles conceptuales.
Se puede concluir en este caso que, independientemente de los fines secundarios que promovieron la marcha, el fin primario que se aspira es la prohibición de la libertad de contenidos en televisión libre. Con mentiras dicen abogar por la libertad de expresión pero con excepciones como "programas de contenido inmoral", por lo tanto quien aboga por la libertad de expresión y a la vez habla de regular o prohibir un programa está explícitamente contradiciéndose como consecuencia lógica. La libertad de expresión es una de las fortalezas y derechos del hombre a poder pronunciar sus ideas y sentimientos, sus puntos de vista y su arte, su personalidad y sus valoraciones. Es cierto que existen actualmente varios programas de televisión donde sus conductores o sus personajes cometen uno y otro acto inmoral y que son profundamente reprochables pero esto solo concierne al ámbito personal pues no ataca ni coarta la libertad de otros dentro de un Estado. Un ejemplo muy sencillo son los programas de competencia física: intelectualmente están desprovistos de conocimientos y aptitudes -dado que el formato se restringe a competencias físicas- pero la singularidad es que fortalecen el cuerpo e incentivan de alguna forma el deporte. En cuanto a la exposición de la vida privada de los mismos es parte del mismo espectáculo que no tiene como fin la educación del hombre sino el entretenimiento. Hay que recordar que los medios de comunicación no tienen como finalidad el formar intelectuales o brindar educación y luego me referiré de ello extensamente. Los enemigos de la libertad buscan tomar solo los puntos negativos de estos programas y así generar caballos de Troya dispuestos a atacar directamente a todo medio televisivo (pues es que algo es cierto, esto no se queda aquí solamente, las marchas van a proseguir porque la ignorancia y los populismos desplazan el razonamiento crítico).
Otro caso parecido son los programas de espectáculos: se pretende pensar que el entretenimiento del mundo del espectáculo tiene que ser "moral", cuando estos mismos que atacan la televisión libre miran películas independientes europeas cargadas de inmoralidades, gozan al ver una película de violencia y acción de Hollywood, conocen ostentosamente el mundo del espectáculo mundial y son amplios conocedores de toda literatura sexualmente morbosa (refiriéndome obviamente a muchos de los que escriben en La Mula y los "intelectuales de izquierda" que promocionan la diversidad cultural). Esto solo lleva a pensar que el manto de la doble moralidad se posara sobre todo y se estimula por medio de las masas (es claro, muchas de las personas que han marchado estos días y seguramente marcharán más adelante por quitar una programa del aire, solo son ovejas siguiendo a la turba demagoga o a los líderes demagogos).
Libertad de expresión es la libertad del individuo a generar las ideas que él desee sin que socialmente genere agresión ni que reciba agresión por parte de otros individuos. La libertad de expresión es el pilar de la civilización que se debe defender con firmeza. Aunque los contenidos en medios de prensa puedan ser inmorales desde el punto de vista ético, no es lo mismo desde el lado político dado que son dos ámbitos diferentes. Dicho esto la explicación es tal como sigue: la ética es un conjunto de valores morales que permiten la supervivencia individual del hombre mientras que la ley por medio de la Política es una serie de normas que permiten la vida en sociedad basadas en la ética (Ética y Política como ámbitos diferentes de las ciencias sociales y la filosofía que se entrelazan).
Mientras que un código moral (ética) son una serie de principios que enseña al hombre cómo vivir con valores concretandose en virtudes, una Ley Moral (política) son una serie de principios que enseñan al hombre a vivir en sociedad, es decir, en relaciones sociales.
Todo gobierno está subordinado a la Ley Moral (objetiva) así como todo habitante dentro del mismo territorio está subordinado a la Ley Moral. El gobierno protege a la sociedad mientras la Constitución protege a la sociedad del abuso del gobierno. Solo los derechos son únicamente del individuo y no existen derechos más allá de ellos (es decir, derechos colectivos). Tal derecho como " derecho a una educación de calidad", "derecho a más cultura", "derecho a tener una televisión de calidad", etc, tienen un costo: el quitar la libertad de producir y crear de unos para concederles a otros tal derecho, esto es, el hombre debe renunciar por la fuerza a sus derechos naturales para dárselos al colectivo sacrificando así al hombre ante la masa. Esto también se presenta al promover derechos que tienen un alto costo monetario que tiene que obligatoriamente ser pagado por las personas que no adquieren tales servicios.
El gobierno que se extiende más allá de las funciones de protección, es un gobierno que prontamente se convertirá en un gobierno tiránico, ya sea por Aristocracias (un hombre que gobierna por mandato divino) o por Democracias (vox populi, vox dei), esta es la cúspide del colectivismo-altruísmo que ha imperado por milenios.
Solo hay un derecho universal: el derecho a la vida, donde se desprende sus corolarios: derecho a la libertad, propiedad y búsqueda de la felicidad. Un derecho universal corolario es la libertad de expresión en todas sus formas. Un derecho por mandato que vaya en contradicción con estos derechos universales solo puede generar una cosa: sumisión del hombre hacia el Estado.
El hombre al poseer tales derechos es libre de expresarse como él le sea propicio, así como a su vez generar bajo mercado libre una empresa donde pueda evocar sus ideas y su arte. La TV es el lugar propicio para ello. Sin embargo la finalidad del hombre en libre empresa del rubro de las comunicaciones no es el de educar a la gente, no está obligado a ello ni su finalidad es esa, no es esclavo de otros hombres que quieren quitarle sus ganancias, su éxito y su popularidad. La televisión no tiene como fin educar a las masas, la gente busca -y puede hacerlo concebido en libertad- cultura en diferentes ámbitos de las comunicaciones sean escrita, televisiva o virtual. ¿acaso la TV está subordinada al mandato de masas? ¿acaso las masas tienen autoridad moral para decir qué es bueno y qué es malo? La TV siempre será un medio de libertad de expresión que no está subordinada ni obligada a los antojos de la gente. Antes de generar críticas se comienza con una introspección de la vida en cuanto a valores morales y juicios de razón para luego definir objetivamente qué es moral y qué no. Al finalizar, ya que somos seres de consciencia volitiva podemos escoger qué es bueno o qué es malo para nosotros, en el ámbito de las comunicaciones: podemos decidir qué leer y que no, qué ver en televisión y qué no. Los individuos que aún prescindiendo de las inmoralidades de algunos contenidos televisivos implícitos, son libres de escoger el programa de su gusto pues constitucionalmente se protege la vida privada de estos a escoger lo que mejor les parezca, el Estado no debe decidir por ellos por medio de paternalismos (recordando que no solo es entretenimiento para el espectador sino también es generación de ganancias económicas exponenciales para la empresa de medios producto de la publicidad que invierte en los medios de comunicación que son directamente proporcionales a la cantidad de espectadores, esto creando riqueza y más trabajos así como también el crecimiento y variedad de los medios de comunicación y entrenimiento).
Dando una apreciación puntual para finalizar en cuanto a asunto de los horarios de protección al menor y el trasfondo: creo que se manipula antojadizamente las leyes peruanas que protegen al niño, se generan escudos humanos con los niños y luego se cuela por detrás una serie de hipocresías moralistas. Es curioso porque los niños al no ser individuos que hayan desarrollado su capacidad cognitiva, racional y la formación de sus valores morales dada la progresiva integración de conceptos, suelen ser los menos afectados y los que tienen poco interés en estos temas. El interés de formar individuos íntegros recae en los padres/tutores/educadores y si no hay formación por parte de ellos ya no es responsabilidad de nadie, aunque se pretenda buscar cabezas de turco (el Estado erróneamente se agencia todas las responsabilidades sin recordar que esto implica un coste de nuestros impuestos). La legalidad formada desde la Declaración Universal de DDHH mantiene una exagerada carga que proteje al niño (recordemos que los niños no tienen derechos desde los fundamentos del derecho natural y la racionalidad del derecho, se les crea derechos, los niños poseen los mismos derechos que todo adulto, el problema en la situación del niño es argumentarlos dado su proceso de crecimiento), ese problema es el que vemos concretado hoy en día generando imposiciones arbitrarias una tras otra que no tienen ni siquiera relación con los niños y sus libertades. La histeria colectivista básicamente promueve prohibir contenidos o programas que "trasgreden la moral de los niños" pero termina siendo una careta, ellos no les importa eso, lo que les importa es que les brinden televisión de "calidad" como si ellos agenciaran económicamente y tuviesen voz y voto sobre los medios de comunicación (cosa que no pueden hacer dado que la libertad no se vende con democracia y no es negociable). Estos intelectuales creen que porque constitucionalmente la libre empresa debe colaborar y tiene deberes con el Estado cuando sea pertinente, se agarran de eso para someter la misma libre empresa al capricho de masas. En definitiva, estos no buscan TV de "calidad" para los niños, lo que buscan es que coloquen contenidos que a ellos les de la gana, si es posible someter la libre prensa al Estado, son estatistas puros con una moralidad aberrante.
La libertad de expresión es irrenunciable y jamás regulable y esto lo tienen que tener en claro los socialistas, estatistas, colectivistas o intervencionistas -sea cual sea el grupo- si quieren seguir viviendo en civilización y no sumirse en la subnormalidad, si en último de los casos existe un ente regulatorio de contenidos en el Estado (cual me opongo personal y objetivamente), estos colectivos no tienen voz ni voto para pretender cerrar programas a su antojo. En conclusión, si se quiere cultura, se debe enseñar voluntariamente, no por la fuerza, la histeria, ni por el garrote porque eso es de animales, solamente de brutos sin-razón y por emoción (muchísimo menos haciendo desmanes o destruyendo propiedad privada como en el video a continuación).
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